El uso del pensamiento lateral. Edward de Bono.
Síntesis: Gerardo Morales. 23/05/2023
El pensamiento vertical adopta el punto de vista más razonable en una situación, y luego procede a examinarla lógica y cuidadosamente. El pensamiento lateral tiende a investigar todas las distintas maneras de contemplar algo, más bien que a aceptar la más promisoria y proceder a partir de ella.
Si el pensamiento vertical es el pensamiento de la alta probabilidad, el pensamiento lateral es el pensamiento de la baja probabilidad. Cuando la línea de pensamiento de la baja probabilidad conduce a una nueva idea eficaz, se produce un “momento de eureka”, y enseguida el enfoque de baja probabilidad adquiere la probabilidad más alta.
En el pensamiento vertical la lógica controla la mente, mientras que en el pensamiento lateral, la lógica se encuentra al servicio de la mente.
Las personas que tienden a utilizar con mayor naturalidad el pensamiento lateral en su trabajo, son los periodistas y publicitarios.
Entre los pensadores verticales más rígidos están los abogados, los médicos y, en cierta medida la gente de negocios, todos los cuales prefieren que las cosas sean rígidas, definidas y ortodoxas, pues sólo entonces pueden hacer pesar su experiencia y capacidad técnica.
El ideal al que se apunta en el pensamiento lateral es la simplicidad de la extrema sofisticación, la simplicidad de una idea que es muy eficaz en su acción pero elemental en su forma. Es la simplicidad de la riqueza, no de la pobreza. Es la simplicidad de la plenitud, no del vacío.
El pensamiento lateral busca escapar al dominio de los modos rígidos y aceptados de contemplar las cosas; pero el propósito de este escape es un orden nuevo y más simple, y no el desorden.
El hábito del pensamiento lateral no se desarrolla en ningún punto de la educación ortodoxa. La capacidad de genera ideas nuevas sigue siendo cuestión de una aptitud natural que ha sobrevivido a los largos años de pensamiento vertical.
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De Bono, Edward: “El uso del pensamiento lateral”, Editorial Época, México, 1983, págs. 165
El arte de pensar. Ernest Dimnet.
Reseña: Gerardo Morales. 07/05/2023
Curioso libro que no tiene los datos de la traducción, fecha de publicación, edición, lugar y año; tampoco el número de libros impresos.
El autor es norteamericano y vivió una temporada en Francia, por el año de 1908. Durante las primeras treinta y tres páginas menciona a Mussolini (1883-1945) tres veces con admiración; por lo que se escribió el libro antes de la segunda guerra mundial y cuando el Duce no se había convertido en dictador.
Cada dos cuartillas se nombra a un autor francés o europeo, con motivo de alguna anécdota, frase o libro. Remontándose a los años de 1800 aproximadamente hasta la fecha de publicación.
El flujo mental o corriente, arrastra toda clase de imágenes-reminiscencias más o menos modificadas de sentimientos, voliciones y juicios en parte conscientes, todo ello revuelto en un confuso hervor.
Lo que más se parece al oleaje de la conciencia es a un torrente alpino, continuamente interrumpido en su curso y que sólo avanza a fuerza de arremolinarse.
1.- La mayor parte de nuestras operaciones mentales van acompañados de imágenes o son producidos por ellas. 2.- Esas imágenes están en estrecha relación con las atracciones o repulsiones que nos producen las cosas que amamos o que nos repugnan. 3.- El hombre revela con sus pensamientos y palabras, con sus ideas de la vida y su vida mismo, la calidad de imágenes que pueblan su espíritu.
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Dimnet, Ernest: “El arte de pensar”, Anaya Editores, págs., 212
La justicia como resultado concreto valorizable.
Gerardo Morales. 07/05/2023
Supongamos que un judío por su grupo cultural y credo, era un peligro de contaminación social en la Alemania Nazi.
El resultado es el encarcelamiento en un campo de concentración y la deshumanización de esa persona para poder manipular su ser en experimentos médicos y luego privarles de la vida sin fundamento ni justificación alguna.
El resultado concreto es no sólo injusto, sino inhumano, por tanto la norma jurídica carece de validez de justicia. Será formalmente hecha bajo el procedimiento adecuado, sin embargo, su contenido no tiene ética de justicia. El tribunal al aplicarla lo hará pero esa norma carecerá de sentido de justicia.
El proceso legislativo habrá creado una norma jurídica de juricidad injusta. El gobernante que la promovió, habrá implementado la creación de una norma jurídica bajo una política social de odio político racial, con el resultado de cometer crímenes disfrazados de actos de derecho legaloides.
1.- ¿Cuál es la validez de justicia? El consenso en la finalidad de la norma entre alemanes nazis y alemanes judíos. [La voluntad compartida socialmente].
2.- ¿Qué es la ética de justicia? La consideración de la humanidad en el contenido de la norma jurídica. [Criterios de valor moral humano].
3.- ¿Qué es el sentido de la justicia? El criterio del juzgador para repartir a cada uno lo que le corresponde en facultades y deberes. [La llamada virtud de justicia que es la ponderación de las reglas].
4.- ¿Qué son los actos de derecho legaloide? Son los que se disfrazan de derecho para cometer atrocidades. [Actos formalmente jurídicos pero materialmente antijurídicos].
Para que el valor justicia ponga en entredicho a un sistema jurídico, debe asumir un carácter metajurídico, a través de jerarquías superiores de valor, eticidad, humanidad, desarrollo de la civilización.
Quizá la dificultad de definir la justicia no provenga del decir que es una regla formal hueca o vacía (dar a cada uno lo suyo), sino de que no es un concepto plano, sino tridimensional o multidimensional.
El infinito en un junco. Irene Vallejo.
Gerardo Morales 27/03/2023
Es un recorrido sobre las aventuras y vicisitudes, durante el desarrollo cultural de esa herramienta que llamamos libro. Y que ha permitido la supervivencia de cuentos, relatos, mirtos, canciones, poemas, comedias, tragedia, filosofía, tecnología, ciencia, religión, espiritualidad, medicina, matemáticas, etc., de pueblos de todos los lugares y de todos los tiempos, que han permitido evolucionar al ser humano; sin tener que comenzar de nuevo desde cero, cada vez que hay guerras, catástrofes o refundaciones, que arrasan con lo antes creado y construido.
La escritura se creó por motivos económicos, para inventariar productos y propiedades. Con los sumerios en Mesopotamia, que emplearon tablillas de arcilla con pictogramas cuneiformes (en forma de cuña).
Los fenicios crearon, hacia finales del cuarto milenio a. de C., un alfabeto con 22 consonantes, correspondía al lector intuir las vocales que se intercalaban en las frases.
Alrededor del siglo IX a. de C., un griego anónimo, mejoró ese alfabeto al incorporar las vocales, constaba de 24 letras, expresaba los sonidos individuales del idioma y correspondía un símbolo distinto a cada una.
En el principio fue el papiro en rollo, luego el pergamino en rollo; luego, con los romanos, el papiro cortado en rectángulos y unidos con anillas, creando los códices o cuadernillos con lomo.
En el siglo III a. de C., se construyó la Biblioteca de Alejandría, que fue uno de los mayores centros de difusión del conocimiento en la antigüedad, trató de concentrar el mayor número de textos de todo el orbe. Fue la sucesora de Atenas como centro promotor de la cultura griega.
La forma de la narración de la autora, en mi opinión, tiene dos características:
- Narra un hecho, lo desarrolla en un sentido y luego regresa al punto de partida; y desarrolla otra idea en otro sentido y vuelve a regresar al punto de partida.
- Mezcla varias técnicas: un relato imaginario sobre un hecho histórico; una crónica de los elementos de un libro; expresa algunos significados etimológicos; relaciona algún contenido con películas, hechos periodísticos, experiencias de escritores o filósofos o personajes históricos; crónica de la expansión de la consciencia y la cultura; datos autobiográficos.
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Vallejo, Irene: “El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo.”, 13ª reimpresión, Penguin Random House, México, págs. 456
La paradoja de Protágoras.
La paradoja de Protágoras.
Gerardo Morales. 27/03/2023
El famoso sofista Protágoras tomó como alumno a Evatlo o Eulato, con la condición de que ése no le pagaría hasta que hubiera ganado su primer caso ( en algunas versiones sólo si Evatlo ganaba su primer caso).
Algunas versiones de la historia dicen que Protágoras reclamó su dinero en cuanto Evatlo completó su educación, mientras que otros dicen que esperó hasta que fue evidente que Evatlo no estaba haciendo ningún esfuerzo para obtener clientes, y aún otros aseguran que intentó genuinamente obtener clientes pero no consiguió ninguno.
En cualquier caso, Protágoras decidió demandar a Evatlo por la cantidad adeudada.
Protágoras argumentaba que si él ganaba el caso Evatlo tendría que pagarle el dinero y que si lo perdía, de acuerdo el contrato original, igualmente tendría que pagarle ya que habría ganado su primer caso.
Evatlo, por su parte, argumentaba que si él ganaba el caso, entonces por la decisión del tribunal no tendría que pagar el dinero. Y si ganaba Protágoras, entonces él no habría ganado su primer caso y por tanto no tendría que pagar.
La cuestión es: ¿Cuál de los dos tiene razón?
Opinión personal.-
Protágoras demanda: exponiendo las características del contrato, pero alega en su demanda, que pide el cumplimiento de una obligación, es decir, el pago de una deuda; que se ha pospuesto indefinidamente por una condición impuesta que no se ha realizado.
Evatlo contesta: que no paga su deuda porque no se ha llevado a cabo la condición impuesta para su cumplimiento, es decir, que no ha ejercido o conseguido clientes.
Corresponderá a juez, decidir, atendiendo a sus prácticas, usos, reglas, contexto histórico; a la escala de valores y jerarquías normativas; a su concepto de justicia formal.
¿Por qué? Porque las leyes, criterios de interpretación, organismos jurisdiccionales van cambiando a través del tiempo.
La decisión del juez, será hacia uno u el otro, y su efecto será invalidar una parte del contrato condicionado.
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Fuente: Wikipedia.
El pueblo que no quería crecer. Polibio de Arcadia. Ikrám Antaki.
Síntesis: Gerardo Morales. 20/03/2023
Polibio de Arcadia, hiparco de la confederación Aquea, historiador, tutor de Escipión. Pseudónimo utilizado por Ikram Antaki, en la edición de 1996, por motivos de posible represalia por sus interpretaciones sobre nuestro país, con motivo de ser oriunda de Siria y nacionalizada mexicana.
El ensayo se clasifica en los estudios sobre lo mexicano: ¿por qué somos como somos?
He escuchado los lamentos de quinientos años de quejas contra los españoles y su conquista. No fue lo peor que les ha sucedido, pero la queja pertenecía a la herencia canónica… La queja alcanzaba también el racismo ajeno, pero el suyo no era menor; la exclusión, ese acto negro de la hominización, afecta a todo lo que no se le parece con un número negativo. Yo no logro saber por qué no han podido domesticar su derrota.
…la conquista: ella transformó toda intervención, opinión o acercamiento extranjero en falta, milagro, descuido y error.
…México es el país de las estructuras blandas, de las curvas, de los fluidos. Aquí todo es accidente; una coincidencia, que depende del azar, puede impedirlo.
Su religiosidad es extraña. Lo religioso no es oscuro, pero todo lo oscuro se vuelve religioso. Es así como vemos la secuencia de gestos sacros en las puertas de la increencia. No han llegado aún a la edad positiva; siguen viviendo en la teología.
Existen ellos, y los demás. Animan su maniqueísmo por una pasión antimaniquea. No podrán nacer libres y armoniosos y reconciliados con el mundo, si no lanzan al fuego esas representaciones bicéfalas que constituyen su cultura.
Localmente todo parece roto. La unanimidad festiva rechaza la fractura, esta ruptura insuperable y patética.
Los mexicanos no viven, no luchan, no trabajan: juegan.
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Antaki, Ikram: “El pueblo que no quería crecer. Polibio de Arcadia”, primera reimpresión, Joaquín Mortiz, México, 2012, págs. 166
La paradoja de Epicuro.
El mal existe:
¿Dios sabe que el mal existe?
Sí.
No. Entonces no es omniscente.
¿Dios puede acabar con el mal?
Sí.
No. Entonces él no es omnipotente.
¿Dios quiere acabar con el mal?
Sí.
No. Entonces él no es bueno.
¿Por qué existe el mal?
- Para probarnos: si es omniscente, ya sabe lo que va a ocurrir y no precisa probarnos.
- Por el diablo: si es omnipotente y bondadoso, ya habría destruido al diablo.
¿Dios podría haber creado un universo con libre albedrío y sin mal?
Sí. Entonces él no es bueno.
No. Entonces él no es omniscente.
1.- Delimitación del término “el mal”: está relacionado con la conducta humana. No reconocemos componentes éticos a las conductas de los animales, plantas o a los fenómenos de los astros.
2.- Delimitación del término “Dios”: como ser antropoformo como Jesús Cristo; como naturaleza física; como leyes físicas universales; como el cuerpo del universo; como consciencia universal; etc.
3.- Delimitación de los términos: omniscente, omnipotente, omnibenevolene; son características de seres antropomorfos o, en su caso, de una consciencia universal.
4.- Sobre el Diablo: es un ser relacionado con el pensamiento del cristianismo.
5.- Sobre el libre albedrío: es un concepto que nos convierte en responsables de nuestros actos, nos hace imputables ante el derecho, y nos obliga a una búsqueda o una razón o finalidad en la vida; así como para decidir ante alternativas que pueden no ser reversibles y a vivir o sobrevivir con sus consecuencias o resultados.
I.
Es dudoso que esta paradoja la formulara Epicuro, por dos razones:
- El hombre no debe temer a los dioses.
- Los dioses no se meten en la vida de los seres humanos.
Por otra parte, diversos autores han opinado sobre ella y la han ido modificando gradualmente con sus reflexiones.
II.
Si se considera a Dios como un ser antropomorfo pueden emplearse esos adjetivos de omnibenevolente, omnipotente, etc.
Si no se considera a Dios como ser antropomorfo, entonces no hay ni bien ni mal para esa totalidad, sino pura existencia en transformación que se reintegra al todo.
III.
Si nos atenemos al libre albedrío, veremos que hombres y mujeres no nacemos en serie, sino que somos cada uno diferente al otro, y por ello, sus opiniones, ideas, conductas, costumbre, modos de vida, visiones del mundo, etc., pueden no coincidir y además ir cambiando o modificándose. Donde hay diferencias de criterio, puede haber conflicto.
De igual manera, cada ser humano responde a su propia dinámica de libertad ante cualquier suceso y optar por lo correcto o incorrecto, lo apropiado o inapropiado.
Por lo tanto, el libre albedrío tiene como consecuencia, la conducta buena o mala, como alternativas de la decisión del ser humano.
Ensayo sobre la lucidez. José Saramago.
En la ciudad capital, hay elecciones municipales. El día no se presta para ello por la lluvia torrencial. Pasan las horas y son contados los ciudadanos que se presentan a sufragar.
A las cuatro de la tarde todo cambia, como por extrañaba coincidencia, se forman largas filas de votantes que fuerzan prolongar por dos horas más el cierre de casillas.
Al terminar el conteo de votos, los resultados son muy extraños y desconcertantes. Aquí comienza un divorcio entre la sociedad civil y la autoridad política, que se encuentra como el borde de un despeñadero.
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Saramago, José: «Ensayo sobre la lucidez», traducción Pilar del Río, segunda reimpresión, Punto de Lectura, México, 2007, págs. 383

Amo y criado.
Lev N. Tolstói.
En 1870, Vasili Andreich Brenujov, rico comerciante, junta 3000 rublos para el enganche de la compra de un bosquecillo lleno de árboles de madera noble; piensa que debe apresurarse y convencer al joven dueño para obtener una ganancia ventajosa. Parte en compañía de Nikita, un mujik que se ha vuelto abstemio por las dificultaded que le ha traído la bebida en exceso. Afuera, hay tormenta de nieve.
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Tolstói, Lev N.: «Amo y criado», traducción de Víctor Gallegos, primera edición, Alba Brevis, España, 2011, págs. 95

Tratado de la República. Cicerón.
gerardomorah
Cicerón no cita con tanta frecuencia ninguna de sus obras filosóficas, ni la antigüedad las estimó tanto, como el Tratado de la República. Roma se enorgulleció de ella, y hasta los griegos la preferían a los libros de Aristóteles y Platón. Y sin embargo la obra desapareció y sólo se conservaron fragmentos con Macrobio, San Agustín, Lactancio, Nonio.
Hacia 1822 Mgr. Angelo Mai encontró el Tratado medio borrado, en uno de esos manuscritos llamados palimpsestos, porque la primera escritura está cubierta por la segunda, desgraciadamente su hallazgo fue incompleto, presenta lagunas.
Cicerón burlándose de Trebacio, que le escribió en una hoja raspada, le dice: “…Porque alabo la parsimonia del palimpsesto: pero me pregunto qué había en este papel que preferirías borrar a no escribir en éste, salvo quizás tus fórmulas: porque no creo que borraras mis letras para guardar las tuyas.”
El Tratado se divide en seis libros, y se elaboró en una de las épocas más gloriosas de Roma, los interlocutores son: Escipión Emiliano, Lelio, Manilio; Tuberón,Filo, Fannio y Scévola. Escipión es el héroe; Lelio defiende la causa de la justicia, todos juntos investigan cuáles son las condiciones de la vida política, cómo debe estar constituida una nación, de dónde procede la grandeza del Imperio Romano, y por qué sabias máximas, qué instituciones y qué leyes se le podrán mantener, proteger y perpetuar.
Libro Primero.
Escipión.- Así pues, república es cosa del pueblo; pueblo no es toda reunión de hombres congregados de cualquier manera, sino sociedad formada bajo la garantía de leyes y con objeto de utilidad común. Impulsa a los hombres a reunirse no tanto su debilidad, como la necesidad imperiosa de asociación; no ha nacido el hombre para vivir aislado…
…La autoridad puede ejercerse por uno solo, por algunos hombres escogidos o por la muchedumbre misma. Cuando el gobierno de todas las cosas está en manos de uno solo, este señor único toma el nombre de rey, y esta forma de gobierno se llama monarquía. Cuando la dirección la ejercen algunos hombres escogidos, el gobierno es aristocrático. Gobierno popular, (así se le llama) es aquél en que el pueblo lo dispone todo. Cualesquiera de estos tres géneros de gobierno puede, con tal de que mantenga en todo su vigor el lazo que han formado las sociedades humanas, ser, no diré perfecto y excelente, sino tolerable, y, según las circunstancias, preferible la una a la otra.
Puesto que la ley es el lazo de la sociedad civil y el derecho que concede la ley es igual para todos, ¿qué derechos pueden existir en una sociedad cuyos miembros no son iguales? Si no se puede establecer la igualdad de fortunas, si es imposible la de talentos, al menos debe establecerse la igualdad de derechos entre todas los individuos de una misma república…
Libro Segundo.
Escipión.-
Nuestra república no ha sido constituida por un ingenio solo, sino por el concurso de muchos; ni se consolidó por una edad, sino por el transcurso de bastantes generaciones y bastantes siglos.
Libro Tercero.-
Filo.- (A petición de sostener la argumentación sobre la injusticia recurre al filósofo griego Carneades) Si quisiera describir las leyes, instituciones, usos y costumbres, no diré de los diversos países del mundo, sino de una sola ciudad, de Roma, demostraría que han cambiado mil veces.
…Si existiese una justicia natural, todos reconocerían las mismas leyes, y éstas no cambiarían con el tiempo. Y yo pregunto: si es propio del varón justo, del hombre virtuoso, obedecer las leyes, ¿a qué leyes ha de obedecer? ¿a todas indistintamente? La virtud no admite esta movilidad, ni la naturaleza experimenta variaciones, y las leyes se apoyan en la sanción de la pena y no en nuestra justicia. No existe pues derecho natural; por tanto, no es la naturaleza la que inspira a los hombres la justicia.
Podemos comprender la diferencia que media entre la utilidad y la justicia en la historia del pueblo romano, que, al declarar la guerra por sus faciales, cometiendo legalmente multitud de injusticias, codiciando y arrebatando siempre el bien ajeno, se apoderó de todo el universo. ¿Qué es el bien del pueblo sino el daño de otro?
Los hombres se han dado leyes para favorecer sus intereses, leyes que varían según las costumbres, y que, según los tiempos, cambian en una misma nación; el derecho natural es pura quimera.
…si los romanos, especialmente, que son dueños del mundo, quisieran practicar la justicia, esto es, restituir el bien ajeno, tendrían que volver a sus antiguas cabañas y vegetar en la pobreza y la miseria.
…¿Qué hará el justo si en un naufragio ve a un hombre más débil que él apoderarse de una tabla de salvación? ¿No le arrebataría la tabla para colocarse en ella y salvarse, sobre todo si no hay ningún testigo en el mar? Si es prudente, así obrará, porque de otro modo tiene que perecer. Si prefiriese morir a inferir violencia a su semejante, obra según las reglas de la justicia; pero es una cosa insensata sacrificar la propia vida por salvar la de otro.
…Carneades dividía la justicia en dos ramas, una civil y otra natural, y las destruía en seguida demostrando que la primera es la prudencia y no la justicia, y la segunda la justicia pero no la prudencia. Estos son los argumentos capciosos y emponzoñados que M. Tulio no pudo refutar.
Lelio. (Le corresponde argumentar sobre la justicia).
…La recta razón es verdadera ley conforme con la naturaleza, inmutable, eterna, que llama al hombre al bien con sus mandatos, y le separa del mal con sus amenazas, ora impere, ora prohíba, no se dirige e vano al varón honrado, pero no consigue conmover al malvado…
…una república prudente jamás hace la guerra si no es por mantener la fe empeñada, o por salud.
…Debe considerarse como injusta toda guerra que se emprende sin motivo …Una guerra no puede ser justa, si no se anuncia y declara públicamente, si no la precede demanda de desagravio.
…Defendiendo a los aliados ha conquistado nuestro pueblo el imperio del mundo.
…La virtud quiere que se le honre, siendo ésta su única recompensa, recompensa que recibe sin exigencias ni pide con avidez.
…Tib. Graco respetó los derechos de sus ciudadanos, pero despreció los de los aliados y los de los latinos, hollando los Tratados. Si esta costumbre de violencia se extiende más, si hace pasar nuestra autoridad del derecho a la fuerza, si algún día solamente se encuentran contenidos por el terror los que todavía nos obedecen por cariño, tiemblo no por nosotros, que en nuestra edad poco tenemos que temer, sino por nuestros descendientes y la inmortalidad de la República, que podría ser perpetua conservando las instituciones y costumbres de nuestros padres.
Libro Sexto.-
…Cuando en una discusión civil, los buenos se sobreponen a la multitud, creo que se debe pesar los votos y no contarlos.
…Así llegó Escipión al relato de su sueño, en el que demuestra que los honores duraderos y las coronas inmortales de que ha hablado son las recompensas que él ha visto reservadas en el cielo a los ciudadanos eminentes.
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Cicerón, Marco Tulio; “Primer discurso contra L. Catilina”, en “Tratado de la República, Tratado de la leyes, Catilinarias”, versiones castellanas de Francisco Navarro y Calvo y Juan Bautista Calvo, Colección Sepan Cuantos, Porrúa, México, 1991, págs. 3 – 79